Desde siempre he notado una diferencia fundamental entre por qué en Estados Unidos las cosas están bien hechas y en México no. Al americano le interesa hacer de su país el mejor país, y por lo tanto hace buenas calles y buenos edificios, al mexicano sólo le interesa ganar la mayor cantidad de dinero para sí mismo mientras pueda, y hace cosas a medias con materiales baratos.
En México prácticamente todos nuestros gobernantes son gente corrupta sin una ideología más allá de sí mismos, sí, en teoría el PRD es de izquierda y el PAN es de derecha, pero realmente cuando votamos sólo buscamos quién nos va a joder menos y igual nos joden macizo. Es por eso que la política mexicana siempre me ha parecido sumamente aburrida, a diferencia de la americana, dónde es claro en qué creen los republicanos y los demócratas y, antes de estas elecciones sumamente polarizadas, había discusiones padres sobre políticas.
La gente sin ideología, que sólo le interesa sí misma sin importar a quién se joda, que sólo busca poder y riqueza y no cree en nada más allá, es el tipo de villanos que tenemos en México. Es el tipo de persona que son Donald Trump y Milo Yiannopoulos. La mafia es este tipo de villanos.
Pero hay otro tipo de villanos que son más peligrosos, aquellos que tienen una ideología firme. Ted Cruz, Mike Pence, son fanáticos, harían cosas malas porque en verdad creen en ellas y no hay forma de hacerlos cambiar. Los jihadistas han estado y seguirán en guerra durante años porque de verdad creen en algo y no les importa morir. En los países islámicos hay ramas del gobierno encargadas de supervisar la moral porque es algo en lo que en verdad creen, no porque vayan a ganar dinero con ello.
Algún partido mexicano puede que llegue a hacer algo bueno porque le daría votos y popularidad, pero una persona con una ideología es algo sólido, y si esa ideología es contraria a la tuya, cuidado, vienen tiempos difíciles.
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