El año pasado fui a la CDMX con mis amigas y visitamos varios museos, en esos tiempos estaba tratando muy recio de entender el arte, así que según yo puse atención.
El primer museo al que fuimos fue el Jumex, que tenía una exhibición de un artista alemán, de esas que la gente llama "arte moderno" y eran cosas como esculturas de cera de cuerpos, un excusado con fruta adentro y un cuarto con muchas gotas de colores en el techo.
La verdad no le entendí, no me hizo sentir nada más allá de disgust por mamón, y me sentí mal conmigo misma por no "apreciar el arte".
Luego fuimos al Museo del Futuro, aunque algunas exhibiciones pecaban de try-hard con la tecnología ("todo esto está en NFTs en la blockchain"), fue una experiencia divertida, había un cuarto muy trippy al que nos volvimos a meter solo para disfrutarlo.
Por último fuimos al museo de la UNAM a una exposición sobre el día de las madres, ya que era mayo. Siempre el tema de "la maternidad" se trata como "pobrecitas las mamás, sufren mucho pero están llenas de amor" y pensé que sería algo parecido, estaba muy equivocada. Había mucha influencia feminista en la exposición y trataba muchos temas que tocaban la maternidad: entrevistas sobre maternidad subrrogada, intrumentos de abortos clandestinos, la historia del parto sin dolor, esterilización forzada, testimonios de ser mamá durante el covid, entre otras cosas.
Salí fascinada, cada exhibición me movió.
Ahí fue cuando me di cuenta que no es que yo no entendiera el arte del primer museo, sino que era arte malo.
La semana pasada fui a la Art Gallery of Ontario porque, francamente, no tenía nada que hacer y se me antojó. Nunca había ido y como siempre veía anunciadas exhibiciones de artistas "modernos" pensé que vería pura mamada como la del museo Jumex en mayo del 2022.
El museo es grandísimo y tiene arte de todas las épocas, hay arte del renacimiento, hay Picassos y Monets. A mí me pareció maravilloso, me gusta apreciar el craftsmanship detrás de cada obra, lo difícil de hacerla, los detalles. También de lo que se trata, si se trata de algo. Pero a la vez disfruto que es un snapshot en el tiempo. Esa era la realidad para esas personas entonces.
También tenía una que otra exhibición "moderna" (lo pongo entre comillas porque el término correcto es "contemporáneo", pero el pueblo lo entendemos más como "moderno") bastante interesante: una artista imaginando como sería el mundo si lo Inuit fuera mainstream, fotos de la vida urbana de distintos lugares y tiempos...
Luego llegué a la exhibición temporal más anunciada: el artista Kaws.
Para quienes no lo ubican, son estos monos:
Todo son personajes ya existentes (los Simpsons, Mickey Mouse, Elmo, el hombre Michelin) pero con las cabezas de skull and bones.
Había explicaciones sobre la trayectoria del artista y su immersión en la cultura popular, pero la verdad, no me lo compro. No había ningún tipo de técnica en los dibujos que los hicieran extraordinarios ni me hacían sentir nada como crítica social o emociones personales o whatever. Solo eran caricaturas ya existentes, en su mismo estilo original, pero con la marca del artista en la cara. Como intervención at best está muy megalómano.
Siento que como marca para una sudadera está cool y la exhibición podemos decir que es una colección de todo lo que el artista ha hecho, con algunas esculturas para darle impacto.
Pero no me quieras hacer creer que es arte al mismo nivel que lo que hay en el piso de abajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario