martes, 27 de mayo de 2014

"Dios es feliz...

...cuando haces lo que te gusta" -  esto nos dijeron en el retiro de graduados que tuve la semana pasada, y disculpen que me meta una vez más en religión, pero estoy en escuela católica. Pueden ignorar la parte de Dios, de seguro habrán escuchado alguna versión atea parecida.

A mí me llegó. Personalmente, yo sí creo que todos tengamos una misión en la vida (algún día escribiré claramente todo lo que creo, pero no hoy), pero no me llegó de una manera motivante y positiva, sino más bien un "shiiiiit ¿qué es lo que se supone que yo debo de hacer?".
Cuando entré a la carrera tenía muy claros mis sueños, quería llevar a la vida todos esos personajes que había creado en mi mente durante mucho tiempo, quería sobresalir de ello. Ahora, ya no estoy tan segura. Podría listar mis inseguridades y la apatía que he desarrollado, pero no le veo el caso, posiblemente sólo me digan que es parte de crecer. Todavía quiero ser estúpidamente sobresaliente, la vida tranquila no es para mí, pero ahora no estoy segura de qué. ¿La estoy cagando en buscar trabajo en desarrollo front-end?¿debería volver a mis sueños juveniles? No creo, mi meta a corto plazo es independizarme, un trabajo fijo me la daría más fácilmente, sí tengo claro lo que quiero.

Ahorita estaba leyendo unos tweets de Marc Andreessen, era algo que nunca había escuchado, me tiene leyendo más artículos y reflexionando.




En cierta forma es cierto, cuando iba a Misión Yaqui (dar catecismo sábados por la mañana) me sentía bastante bien conmigo misma, es una de las cosas que más he extrañado de la universidad, y no tiene nada que ver con programar videojuegos. Uno de los artículos que leí tras esta serie de tweets decía que hay muchos trabajos que son necesarios pero muy dificilmente serán el sueño de alguien, y tenía un punto.

Siempre he tomado la idea de "haz lo que te gusta" como que, si haces lo que te gusta lo harás de buena gana, y por lo tanto podrás mejorar en ello. Hay quienes dicen que si trabajas en lo que te gusta luego lo terminas odiando, no sé, supongo que depende del plan de vida de cada quién. Yo, personalmente, no soportaría la idea de sobrevivir en un cubículo haciendo papeleo, afortunadamente hay muchas cosas que me gustan y que podrían ser útiles para las cuales no se requiere un jefe que no confía en mí.

Qué tengo que hacer con mi vida no lo sé, pero como ya les he dicho, la vida es como un tempo de Zelda. Cuando entras no tienes la más mínima idea de cómo es, pero dejas que un cuarto te lleve al siguiente hasta el boss. Así dejaré que mi camino se vaya presentando por mi vida, hasta terminar en donde deba de terminar (posiblemente en un accidente de avión).

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