lunes, 23 de noviembre de 2020

Un cuento de los tiempos actuales



Habían pasado 5, 10 minutos y seguía sin responderme el mensaje. La película ya pronto iba a empezar, si no llegaba ni modo, iba a entrar yo sola, los boletos ya estaban comprados, pero qué vergüenza que me hayan plantado -otra vez-.


"No voy a poder llegar"

Decía el mensaje unos minutos después.

"Colapsó la calle de mi casa, no puedo salir".


Después de browsear un poco parecía que, en efecto, se había abierto un hoyo por donde él vivía. Qué mal, al parecer esta relación no iba a ser. Me puse a preguntarle a la gente que iba entrando al cine si quería los boletos hasta que al fin una pareja aceptó comprármelos.


"¿Qué pasó?" - Preguntó una de ellas.

"Se abrió un hoyo por la calle donde vive el tipo con el que venía"

"Uy, terrible, hace un tiempo se abrió uno cerca de mi trabajo, vi el abismo por meses desde mi oficina, tomará tiempo para que encuentren cómo hacer un camino alterno, raras veces se pueden cerrar esas cosas" - Respondió la otra

"Lo peor es que salen de la nada y parece que cada vez son más grandes… Bueno, nos vamos metiendo que la película ya va a empezar ¡Muchas gracias!"

Volví a checar mi teléfono, al parecer sí había sido un hoyo grande, abarcaba poco más del ancho de la calle que daba a la casa de mi cita, perfectamente redondo y oscuro, las autoridades ya estaban actuando. Guardé el celular y salí del cine.

El centro estaba lleno de gente como de costumbre, iban de aquí para allá, había vendedores gritones en las esquinas y los cafés estaban a rebosar. Estaba atardeciendo y todo tenía tintes naranjas y morados, aunque sorprendentemente había sido un día sin incendios.

Decidí regresar a mi casa así que giré hacia la estación del metro, esperando que no me tocara ninguna distorsión de las dimensiones o algo así en el camino, para mi suerte el vagón estaba casi vacío y pude sentarme sola junto a la ventana.

Camino a casa había un tramo en el que el tren pasaba mayoritariamente sobre tierra y podía apreciar el paisaje, se veía el lago bajo nosotros y edificios a lo lejos. Era un bonito atardecer, el horizonte tenía un naranja brillante y había algunas nubes, los tentáculos del cielo se apreciaban más claramente hoy.

Me pregunté cuando por fin terminaría todo, estaba harta.

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